Mariano José de Larra. El RománticoInfancia y adolescenciaMariano José de Larra nació el 24 de marzo de 1809, es decir, cuando ya habÃa comenzado la Guerra de la Independencia. Su padre era médico y trabajó para la sanidad militar de los invasores, por lo que tras la guerra la familia tuvo que irse de España. Asà pasó sus primeros años en Burdeos y ParÃs. La familia volvió a España en 1818.
A pesar de su mentalidad liberal, en 1827 entró en los Voluntarios Realistas, contrarios a cualquier tendencia moderada del absolutismo de Fernando VII. En esta época comienza ya a mostrar un pesimismo personal que siempre se halla ligado al pesimismo sobre la situación polÃtica del paÃs. Sus primeras obras serÃan odas y sátiras. En 1828 publica 'El duende satÃrico del dÃa', cinco cuadernos de ensayos dedicados a la crÃtica social. Es la época de las tertulias en los cafés y con sus amigos funda 'El Parnasillo'. Allà se reunÃan también seguidores de otras tendencia y Larra tiene un fuerte enfrentamiento con José MarÃa Carnerero, director del 'Correo literario y mercantil', al que habÃa atacado ya desde su revista. Terminaron en los juzgados y Larra tuvo que retractarse. Tras este suceso deja momentáneamente la crÃtica social y vuelve a la poesÃa. Cambios personales y polÃticosMujer y AmanteLarra buscó desde muy joven la independencia económica que comenzó a tener a partir de En 1829 Larra se casó con Pepita Wetoret, con la que tuvo tres hijos, aunque el matrimonio fracasó casi desde el principio. En 1830, Larra conocerÃa a Dolores Armijo, mujer casada, y con la que mantuvo una relación amorosa intermitente hasta su suicidio. El Teatro PeriodismoEn 1832, Larra vuelve a la crÃtica social con 'El Pobrecito Hablador'. Es ahora cuando realmente ve el camino que ha de seguir con su escritura. Cree que todavÃa es posible el progreso. TodavÃa es un hombre de la Ilustración, aunque pronto se verá inmerso en la desesperación romántica. Un año después cesa con su publicación y pasa a escribir para 'La Revista Española'. Son los últimos dÃas del Absolutismoy hay gran esperanza en la Reina MarÃa Cristina como motor del cambio polÃtico, dando más poder a los liberales. Tras la muerte de Fernando VII, Larra escribe para el teatro. El comienzo de la guerra carlista significa para Larra la posibilidad de aumentar su actividad periodÃstica con artÃculos polÃticos en contra de los carlistas. Sin embargo piensa que un cambio polÃtico sin cambio social no es tal. En aquel momento su pseudónimo de 'FÃgaro' ya le ha hecho famoso y goza de gran reputación. Toca todos los géneros literarios desde la poesÃa hasta la novela histórica, pero sufre el desencanto polÃtico y su postura se radicaliza. Piensa que un pueblo no es libre, mientras que la libertad no esté arraigada en sus costumbres. Un viaje sin regreso
Sin embargo, poco después Larra considera que el problema del cambio es que da a un callejón sin salida. Es una época en que en Europa predomina un movimiento que va desde la rebeldÃa a la melancolÃa. Larra ve al hombre como un 'ser espiritual... que se vuelve máquina él mismo a fuerza de hacer máquinas'. Siente que la libertad exigida en su momento no les está llevando a ninguna parte. La revolución habÃa despertado grandes expectativas que ahora no eran satisfechas. Tragedia románticaEn 1837 Larra quiere reanudar sus interrumpidas relaciones con Dolores Armijo. Ella acude a su casa acompañada de su cuñada para decirle que no quiere volver con él. Cuando ambas mujeres salen de la casa, Larra se pega un tiro en la cabeza. El entierro de Larra servirÃa para dar a conocer a otro gran literato español, José Zorilla, que leyó una elegÃa dedicada al fallecido. Los amigos de Larra no le olvidaron en sus escritos y su biografÃa ha sido convertida en tema literario. Desde la época romántica de Larra hasta hoy su influencia ha marcado al periodismo tanto español como latinoamericano. Su estilo crÃtico y su visión negativa acerca de la situación de España han sido un punto de partida para escritores y artistas. Siempre buscó la perfección en su actividad, en la palabra. El lenguaje era para Larra un medio de conocimiento y de comunicación. PseudónimosLarra utilizó varios pseudónimos. Para obras teatrales que tradujo o adaptó, por ejemplo, el de Ramón Arriala. También sus artÃculos periodÃsticos eran firmados frecuentemente con pseudónimo (El Duende SatÃrico del DÃa, El Pobrecito Hablador), con la letra L o sin firma. En algunos casos las revistas eran del propio Larra y él el único redactor. En ellas solÃa criticar o enfrentarse a otro literatos o polÃticos de la época. |
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