En el año 2010 se ha publicado el libro «El secreto de Raimunda. La marquesa de Linares» de Carmen Maceiras que marca, sin duda, un punto de inflexión en la historia de los marqueses de Linares. A partir de ahora, inevitablemente, habrá que recurrir a su obra al hablar de esta historia.
Breve biografía
Carmen Maceiras nació en Madrid, de madre madrileña y padre gallego. Estudió secretariado, mecanografía y taquigrafía y trabajó en «El Corte Inglés».
Al casarse se vió obligada a dejar su empleo, ya que en aquellos años a las mujeres casadas no se les permitía seguir trabajando. Siempre sintió la gran injusticia de esta situación que le hizo entrar en contacto con grupos feministas con los que, sin embargo, tampoco se identificó. Carmen no considera que la lucha contra el hombre sea la meta, sino la consecución de los mismos derechos. Lo fundamental es que la mujer consiga su independencia económica, que es lo que, a su vez, le permite elegir su destino.
Carmen tuvo cuatro hijos, casi seguidos, y durante varios años se dedicó a su familia. Aunque siempre sintió la necesidad de aprender más, sobre todo a través de la lectura.
Pasados los años aprobó los exámenes de mayores de 25 años para entrar en la universidad y se decidió por los estudios de Historia y Geografía en la Universidad Complutense. Aprobó los cinco años de la carrera en junio, con más de una matrícula de honor, finalizándolos en 1996. Al mismo tiempo estuvo trabajando en la empresa familiar.
Por una serie de circunstancias comenzó a investigar la historia familiar, lo que la llevó a interesarse también por la historia de los marqueses de Linares. Todo esto coincidió en el tiempo con sus estudios, por lo que su investigación se vió interrumpida varias veces cuando los estudios reclamaban toda su atención.
A partir del año 2003 se pudo dedicar más profundamente a su investigación. Pasó horas y día yendo al archivo de Protocolos en Conde Duque y a otras instituciones que le pudieran dar claves para su búsqueda.
Ella misma confiesa que muchas veces era la intuición la que la hacía ir a un sitio u otro buscando información. «Se necesita una gran capacidad de dedcción y, por supuesto, también la ayuda de las personas que trabajan en los archivos».
Poco a poco fue desenmarañando la madeja hasta que, finalmente, su investigación quedó reflejada en el libro que ha publicado.
Raimunda, la marquesa de Linares
La historia de los marqueses de Linares siempre se ha visto rodeada de un halo de misterio. Durante años permaneció en un segundo plano hasta que comenzaron las obras en el Palacio para convertirlo en la Casa de América. Fue entonces cuando se comenzó a hablar de fantasmas, de cacofonías y de experiencias inexplicables.
Lo curioso es que todo se basaba en rumores, en historias de origen desconocido y hasta contradictorio.
Ha sido Carmen la que, en su labor investigadora, ha dado con los orígenes de Raimunda. Ha podido ubicarla, tanto a ella como a su madre, Benita, en casas concretas de Madrid. Las ha seguido por diferentes domicilios. Ha descubierto con quién tenía relación.
Al mismo tiempo ha seguido al marqués de Linares en sus visitas a las notarías para ocuparse de sus numerosos bienes. Sabe quién vivía en las diferentes casas y cuándo.
No queremos aquí desvelar las claves del libro, sino contar cómo una investigación llevada a cabo de forma rigurosa y seria puede llegar a descubrir una verdad que se ha querido ocultar durante tantos años.
Las mujeres y Benito Pérez Galdós
A lo largo de su obra, Carmen Maceiras hace un paralelismo entre las mujeres de su historia, Benita, Raimunda y Paz, y los personajes femeninos de Galdós.
«A veces me asombra cómo Galdós en sus obras o Delibes en «Cinco horas con Mario» pueden reflejar el sentimiento femenino tan certeramente. Mucho mejor que otras mujeres escritoras.»
Lo que Carmen nos quiere transmitir es la realidad diaria que vivían las personas, sobre todo las mujeres, en el siglo XIX en España. Para ello se sirve de los personajes galdosianos que tan perfectamente sabe situarnos en sus vidas.
Son mujeres sin educación, o poca. Poco acceso a la cultura. Limitadas a las labores del hogar, siempre en función de la familia, o trabajando en labores secundarias sin apenas recibir salario. El hombre es dueño y señor de su existencia.
Por otro lado nos encontramos con una sociedad dominada sobre todo por los poderes eclesiásticos. A través de la confesión, los sacerdotes tienen acceso a los secretos más íntimos de las familias. Las creencias religiosas hacen que el poder de estos hombres sea casi ilimitado. Ellos deciden qué está bien y que está mal. Y también ellos deciden cómo han de solucionarse «los problemas».
A lo largo de su investigación, Carmen Maceiras se ha encontrado con diversos documentos que la jerarquía eclesiástica no permite ver. Evidentemente, además no da ninguna explicación. Si los implicados todavía estuvieran vivos, podría comprenderse esta reticencia, pero pasados ya más de cien años, no parece que tenga ningún sentido. Sin embargo esta es la realidad. ¿Qué puede ser tan grave como para que no pueda verse pasado tanto tiempo? ¿Es quizás la Iglesia la que quiere esconder sus propios actos? Como se suele decir, con la Iglesia topamos.
Una investigación seria
Al preparar este artículo y buscar información, apareció en internet un artículo publicado en el ABC el 6 de junio de 1990 firmado por Torcuato Luca de Tena titulado «Palacio de Linares: La verdad, nada más que la verdad y toda la verdad.» En él Luca de Tena afirma tajantemente sobre la madre de Raimunda, «Benita Ortega, viuda de Osorio, entroncada con las más rancias estirpes de la nobleza.» ¿Qué diría ahora Luca de Tena, una vez que Carmen Maceiras ha demostrado que Benita era madre soltera y que vivía de su trabajo para poder mantenerse ella y a su hija?
«Internet está lleno de inexactitudes. Se copian unos a otros repitiendo los errores del primero. Y no sólo Internet. Muchos publican libros sin documentarse directamente, basándose en lo que han escrito otros.»
Lo que queda claro, es que para averiguar la verdad hay que hacer una profunda inmersión en archivos, muchos de los cuales están en condiciones penosas, en documentos, en bibliotecas. No es labor de un día, ni de un mes.
A lo largo de su trabajo, Carmen confiesa que había días en los que realmente se senía viviendo en el siglo XIX, tan imbuída estaba de la historia que escribía.
Actualmente Carmen Maceiras está pensando en proseguir su labor de búsqueda, centrándose en otros aspectos de la vida de las mujeres en el siglo XIX. Sólo puedo decirle que espero con muchas ganas su próximo libro que, seguramente, volverá a enseñarme cosas nuevas.
Para cualquier amante de Madrid su libro es una obra imprescindible que le hará conocer mejor lo que ha sido la historia de esta ciudad maravillosa.
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