Historia
Siempre ha habido dos formas de sepultar a los fallecidos. Una es la cremación basada en la creencia que el cuerpo es una carga y la persona ha de ser liberada de esta carga. A través del humo el alma puede subir al cielo.
La segunda forma es el enterramiento, que se basa en la idea que los seres humanos provenimos de la tierra y hemos de volver a ella.
La forma de enterramiento cristiana se basa en el judaísmo. Los cuerpos eran enterrados fuera de las ciudades, porque el cuerpo se consideraba algo impuro. Sólo los mártires o santos eran enterrados en las iglesias, generalmente bajo el altar. Para que se pudiera celebrar misa en una iglesia era necesario que una reliquia de un santo estuviera en el altar.
La palabra cementerio tiene su origen en una palabra griega que significa sueño. También se llama a los cementerios necrópolis, que también proviene del griego y significa ciudad de los muertos.
Enterramientos en iglesias
En el siglo XIII las iglesias comenzaron a utilizarse también para enterrar a las personas. Cuanto más importantes o ricos eran, más cerca del altar eran enterrados.
Hubo in cementerio visigodo en Valdebernardo, cerca de Madrid, uno musulmán en la zona de Puerta de la Cebada y uno judío en la zona de Embajadores.
En aquel siglo, la gente comenzó a creer que si eras enterrado lejos de la iglesia, también estabas lejos de Dios. Por eso comenzaron a enterrar a gente dentro de las iglesias, generalmente sólo cubiertos por un sudario. Los férretros sólo eran asequibles para los más ricos.
Debido a esta costumbre, aparecieron los cementerios parroquiales. Sólo quedan cuatro: San Andrés, San Ginés, San Sebastián y San Luis. En los primeros dos los muertos eran enterrados delante de la iglesia, donde ahora se encuentra su entrada. En la parroquia de San Sebastián eran enterrados en un jardín, donde ahora se encuentra una tienda de flores.
Como la ciudad seguía creciendo, no había sitio para enterrar a todos los cuerpos, así que después de algún tiempo las sepulturas eran abiertas y los huesos llevados al osario de la parroquia. Los restos físicos se quemaban.
Como la gente importante quería ser enterrada dentro de las iglesias, muchas de estas fueron construídas precisamente con esta finalidad, como la Capilla Real en Granada (para los Reyes Católicos) o el Escorial, que era un convento, un palacio y un cementerio para los reyes y reinas españoles.
En el siglo XVIII, el rey Carlos III prohibió que las iglesias fueran usadas para enterramientos, debido a la peste que hacía que la siglesias olieran muy mal. Sólo las criptas de los monasterios podían ser utilizados con este fin o aquellas iglesias que tuvieran capillas pertenecientes a algún noble.
Sin embargo al pueblo no le gustó esta prohibición. Las gentes pensaban que las iglesias eran lugares sagrados y no querían ser enterrados en tierra no sagrada.
En 1804, el rey Carlos IV intentó otra vez que esta costumbre cambiara y se construyeron dos cementerios, pero al igual que había pasado antes, nadie quiso ser enterrado allí.
El Cementerio General del Norte fue el primero en ser ubicado fuera de una iglesia. Estaba en la zona de la Plaza del Conde Valle de Suchíl. Fue diseñado por Juan de Villanueva, que introdujo los nichos. Fue edificado en 1809 y utilizado para enterrar a aquellos pertenecientes a varias parroquias. Este cementerio desapareció en el siglo XX:
Cementerios
No fue hasta la época de José I que la ley se puso realmente en vigor. Esta vez no había excusa posible. Debido a las batallas libradas contra las tropas francesas, había muchos cadáveres en Madrid y había que ocuparse de ellos. No había suficiente sitio en las iglesias y esta vez el pueblo tuvo que ceder. La zona elegida para los cementerios estaba en las afueras de la ciudad.
El Cementerio Generald el Sur fue edificado por José Bonaparte, ya que el cementerio del Norte se había quedado pequeño para los muertos en la Guerra de la Independencia. Fue abierto en 1810 y estaba cerca de la Puerta de Toledo y dividido en siete partes que pertenecían a siete parroquias. En el centro había una gran cruz diseñada por Ventura Rodríguez.
Este cementerio tenía una verja muy pequeña, de forma que frecuentemente entraban perros y comenzaban a escarbar en la tierra y a coger los huesos de los muertos. En 1818 la verja se reparó y se hizo más alta. También se añadió una capilla. Era conocido como el Cementerio de los Ejecutados, ya que las personas ajusticiadas en la Plaza de la Cebada eran enterradas en este cementerio como el famoso bandido Luis Candelas.
El cementerio fue ampliado varias veces y estuvo en uso hasta 1905. En 1942 fue demolido y todos los restos se llevaron al Cementerio de La Almudena.
Otro cementerio, sólo para nobles, se encontraba en el Retiro, más o menos donde se encuentra haora la fuente del Angel Caído. Este cementerio desapareció en 1874.
Las Hermandades
En el siglo XVI el papa Julio III creó las hermandades sacramentales. Estaban dedicadas al culto del Santísimo Sacramento y se establecieron en diferentes parroquias en Madrid. Los miembros de las hermandades no querían ser enterrados en cementerios pertenecientes a otras iglesias, por lo que se preocuparon de tener los suyos propios.
Posteriormente se construirían otros cementerios cerca de hospitales, generalmente para los pobres.
Otros cementerios
En aquellos días hubo también cementerios dedicados específicamente a los suicidas. Se les consideraba pecadores y no podían ser enterrados en tierra sagrada, así que se enterraba el cuerpo en tierra sagrada y la cabeza ya en terreno neutral.
Otro cementerio, ubicado en lo que es la zona alrededor de la Puerta de Toledo, era para aquellos que morían en un duelo. Un tipo de duelo bastante popular en el Madrid de entonces no se realizaba con espadas, sino con unos palos bien gordos. Los dos oponentes se metían hasta la cintura en dos agujeros y se iban dando golpetazos con los palos, hasta que uno de ellos moría. ¡Desde luego un deporte bastante bruto!
En 1854 el Cementerio británico se construyó en Carabanchel, en la calle del Comandante Fontanes 7. Pertenece a la Embajada de Gran Bretaña y se considera suelo británico. Vivían entonces bastantes extranjeros en Madrid que no eran católicos. Por eso no sólo encontraremos aquí a ciudadanos británicos, sino también a personas de otros países. Hay una zona cristiana y otra judía. Por ejemplo Lhardy está enterrado aquí.
Para que los cortejos fúnebres llegasen a los cementerios generalmente pasaban por la Plaza de Manuel Becerra, a la que se llamaba popularmente la Plaza de la Alegría, ya que había muchas tabernas y aquellos que venía o iban a Alcalá de Henares solían parar aquí. Así, mientras el cortejo seguía su paso hacía el cementerio, los acompañantes paraban aquí para tomar un refrigerio. Ya conocemos el dicho «El muerto al hoyo y el vivo al bollo»……
El cortejo consistía en una carruaje tirado por caballos negros. Cuantos más caballos, hasta un máximo de ocho, más importante era el fallecido.
Cementerios de Hermandades sacramentales ( desaparecidos)
Cementerio de San Nicolás: construído en 1818. Se le fueron añadiendo nuevos patios. En la mitad había un monumento dedicado a la Libertad, obra de Aparici, que se encuentra ahora en el Panteón de Hombres Ilustres.
Cementerio de San Sebastián: estaba cerca del Cementerio de San Nicolás. Tenía varios patios y estuvo en uso hasta 1884 cuando se le incluyó en el Cementerio del Este. Ahora hay en su lugar un edificio de la cerveza El Aguila.
Cementerio de San Ginés y San Luis: fue construído en 1831 y fue probablemente el más bonito de todos, con sus parques y columnas en estilo romántico.
Cementerio de La Patriarcal: en principio era sólo para aquellos que trabajaban en el Palacio Real, posteriormente ya para cualquiera.
Cementerios actuales
Existen actualmente 22 cementerios en Madrid.
A veces es difícil distinguir entre los cementerios públicos y aquellos que pertenecen a hermandades, ya que suelen estar prácticamente unos al lado de los otros. Veremos que muchas tumbas están en mal estado, las imágenes rotas o parcialmente destruídas. El problema es, que los terrenos pertenecen a las familias, no a las hermandades. Así, si las familias no se ocupan de mantener las tumbas, las hermandades no pueden hacerlo por ser terrenos privados.
Cementerios de Hermandades Sacramentales
Actualmente hay cuatro cementerios de este tipo. Todos fueron construídos en una ribera del Manzanares, pero ahora se encuentran prácticamente en medio de la ciudad, rodeados de edificios.
Cementerio de San Isidro
Se encuentra en el Paseo de la Ermita del Santo, 78. Fue diseñado por José Llorente y construído en 1811. Pertenecía a la Ermita de San Isidro, que fue construída en el siglo XVI gracias a la reina Isabel de Portugal.
Hay una fuente que fue encontrada por San Isidro. Todavía existe la costumbre de llevar el primer agua que fluye de ella el día del Santo al Alcalde y al Obispo de Madrid.
El cementerio está detrás de la Ermita. Como muchos nobles, políticos o artistas eligieron este cementerio para ser enterrados, podemos encontrar ahora importantes panteones construídos por escultores de renombre. Se le considera uno de los cementerios más importantes de Europa.
Este cementerio tiene siete patios, pero los tres más antiguos son los más interesantes.
- El primero (1811) está dedicado a San Pedro y fue diseñado por Rafael Isidoro Hervias. Desde él se tienen unas vistas espléndidas sobre Madrid. Entro otros, la familia de los Madrazo se encuentra enterrada aquí.
- El segundo patio (1829) está dedicado a San Andrés y fue diseñado por José Llorente. Diego de León está enterrado aquí.
- El tercer patio es el llamado de San Isidro (1842) y fue diseñado por José Alejandro Alvarez. Muchos políticos están enterrados aquí como Maura o Canalejas.
- Unos años después se añadió otro patio dedicado a la Inmaculada Concepción. En este encontramos diferentes panteones muestras de los distintos estilos de la época.
Había varias residencias de verano en las cercanías y los dueños no querían vivir tan cerca de un cementerio, pero gracias a la protección de Fernando VII el cementerio no fue cerrado.
En este cementerio se encuentra también enterrada la Duquesa de Alba. Era un cementerio aristocrático. Se encargó a los mejores escultores que decoraran las tumbas. Hay sólo pocas esculturas de temática religiosa, casi todas son alegorías. Incluso podemos encontrar algunas tumbas pertenecientes a masones con la típica forma piramidal. Se creía que no eran enterrados en tierra sagrada, pero esto no es cierto.
En la parte superior de uno de los mausoleos podemos ver la imagen de un ángel. Es obra de Ricardo Bellver, quien también realizó la estatua del Angel Caído que se encuentra en el Retiro. Ambos ángeles están conectados: representan el bien y el mal, el cielo y el infierno, se considera que forman parte de un conunto.
Es probablemente el cementerio más importante de España en términos de historia y arte.
Cementerio de San Justo
Fue construído en 1847 al lado del cementerio de San Isidro y está en el Paseo de la Ermita del Santo, 70. Como en todos los cementerios hay un panteón de hombres ilustres. En este caso pertenece a la Asociación de Escritores y Artistas. Bretón de los Herreros, Espronceda, Gómez de la Serna y Larra, entre otros muchos, están aquí. Desgraciadamente se ha añadido una parte moderna al cementerio que parece más un aparcamiento de tumbas que un lugar de descanso eterno.
Cementerio de Santa María
Se encuentra en la calle Comuneros de Castilla, 13 y fue construído en 1842. El diseño es obra de José Alejandro Alvarez. Pertenecía a la iglesia de Santa María. Hoy podemos ver unos pocos restos de esta iglesia en la calle Mayor. La hermandad de Santa María y del Hospital General (actualmente Centro de Arte Reina Sofía) lo hizo construir para que también los pobres que morían en el hospital pudieran ser enterrados en el. En el centro había una capilla para los servicios funerarios que inspiraría la capilla de la Catedral de la Almudena. El autor teatral Jardiel Poncela está enterrado aquí.
Cementerio de San Lorenzo y San José
Se encuentra en la calle de Verdad s/n. Fue construído en 1860 al lado del Cementerio General del Sur y está organizado en diferentes patios. Era sobre todo para científicos. Algunas tumbas tienen la estatua de un ángel que representa el premio de la vida eterna. Fue el último cementerio construído por una hermandad. Los padres de Eugenia de Montijo están enterrados aquí.
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