La familia y la abuela
Victoria Eugenia de Battenberg nació en Balmoral el 24 de octubre de 1887. Era hija de
Enrique de Battenberg
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Enrique de Battenberg y Beatriz de Gran Bretaña, hija menor de la reina Victoria de Inglaterra.
La princesa Beatriz era la novena hija de la reina Victoria y Alberto de Sajonia-Coburgo y estuvo al lado de su madre hasta su muerte. Enrique de Battenberg era oficial del ejército alemán y no tenía rango real. Para permitir a Beatriz que se casara con el, ya que era un matrimonio morganático, la reina Victoria obligó al novio a nacionalizarse inglés y a renunciar a su carrera militar. El matrimonio vivía con la reina Victoria. Enrique fue nombrado gobernador de la isla de Wight.Tuvieron cuatro hijos, Alejandro (1886), Victoria Eugenia (1887), Leopoldo (1889) y Mauricio (1891). La princesa Beatriz transmitió a los tres menores la hemofilia que tantos problemas causaría a su hija años después.
Victoria Eugenia fue conocida siempre como Ena, un nombre gaélico que constataba que su nacimiento fue el primero tras muchos años que tenía lugar en Escocia.
Victoria Eugenia, al igual que sus hermanos, fue realmente criada por institutrices bajo la
Victoria Eugenia con su madre y hermanos
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severa disciplina impuesta por su abuela. Su padre murió a los treinta y ocho años, en 1896 y cinco años después lo haría su abuela, la reina Victoria. De repente, la princesa Beatriz y sus hijos perdieron sus cómodo nivel de vida al lado de la reina. El nuevo rey era Eduardo VII y la familia se tuvo que trasladar al palacio de Kensington en Londres. Las dos personas que más la habían influenciado habían desaparecido en un corto espacio de tiempo. Victoria Eugenia maduró rápidamente convirtiéndose en un joven seria y reservada, aunque de apariencia dulce.
Una joven seria y reservada
Pasaban temporadas en con la gran duquesa María de Sajonia-Coburgo, casada con Alfredo de Inglaterra, segundo hijo de la reina Victoria. La hija de ambos, Beatriz, conocida como «Baby Bee» fue la mejor amiga de Victoria Eugenia durante años.
Pasados los años de la infancia, Victoria Eugenia conoció al rey Alfonso XIII en 1905, durante un viaje que se le había preparado a éste para que conociera a posibles candidatas a ser reinas de España. Como siempre la cuestión dinástica requería que el tema no se dilatara más, aunque el rey sólo tenía 19 años. En principio se había pensado en Patricia de Connaught como candidata, pero ella estaba enamorada del marqués de Anglesey y no tenía intención de renunciar a él por Alfonso XIII. Así el joven rey se fijó en Victoria Eugenia, ya conocida por su belleza y buen porte. Comenzaron a escribirse con cierta fluidez y
Beatriz de Sajonia-Coburgo con su marido, Alfonso de Orleáns-Borbón
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contaban además con el apoyo de la emperatriz Eugenia de Montijo, madrina de Ena. En contra estaba que no poseía rango de alteza real y que era protestante.
Abjura del anglicanismo y nombramiento real
Así, para poder casarse, puesto que, sobre todo Alfonso XIII estaba muy enamorado de ella, Ena tuvo que convertirse al catolicismo en una ceremonia bastante degradante. Tuvo que abjurar del protestantismo y repetir su bautismo. Todo esto con el problema que la Constitución británica prohibe a los miembros de la familia real abjurar del anglicanismo. Su conversión tuvo lugar el 7 de marzo y el 11 del mismo mes Eduardo VII le concedió el título de princesa. Los obstáculos estaban superados.
Boda y atentado
La boda real estaba prevista para mayo. Por aquel entonces las plazas hoteleras en Madrid eran contadas, de manera que hubo que albergar a la mayoría de los invitados en palacios particulares de la nobleza.
Había ya rumores de que se preparaba un atentado. Se puso especial cuidado en la protección durante la ceremonia que se celebró en los Jerónimos. Sin embargo, la bomba esperaba en la calle Mayor. Mateo Morral que posteriormente se suicidiaría al ser capturado, tiró una bomba escondida en un ramo de flores desde el número 88 de la calle Mayor al paso de los carruajes reales. Aunque los reyes resultaron ilesos, murieron 28 personas y 20 quedaron ciegos. No fue un buen presagio para el matrimonio.
Victoria Eugenia
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Victoria Eugenia tenía sólo 18 años, pero su estilo cambiaría el ambiente en la corte. Era una joven de su época. Le gustaba el deporte, sobre todo el tenis y el golf, fumaba y vestía a la moda con gran elegancia. Esto haría que en la corte se formaran dos bloques, los tradicionalistas, seguidores de María Cristina, y el bloque moderno, de Victoria Eugenia. Pero ambas, guardando las distancias, se llevaban bien. Ena era consciente de su papel en la corte y seguía de cerca los acontecimientos. Esta primera etapa del matrimonio fue feliz, coincidiendo con una etapa de paz y estabilidad social durante el gobierno de Antonio Maura, liberal-conservador, entre 1907 y 1909.
La hemofilia
El 10 de mayo de 1907 nació el primer príncipe heredero, Alfonso Pío Cristino. La reina conmemoró su nacimiento con la fundación de un instituto que habría de ocuparse de la educación de niños abandonados y delincuentes. Otro hecho ‘chocante’ para la época, es que Victoria Eugenia decidió amamantar ella misma a su hijo. Lo nunca visto. Aun así, solo se le permitirá hacerlo durante un corto espacio de tiempo y rápidamente sería sustituída por un ama de cría.
Victoria Eugenia y sus hijos
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Aunque el pequeño se criaba bien era enfermizo. A los tres años se descubriría el mayor de los malos, era hemofílico.
En 1908 nació el segundo hijo del matrimonio, Jaime. Al poco tiempo quedó patente que era sordo.
Las enfermedades de sus hijos hicieron que Alfonso XIII se alejara de su mujer, de la que tan enamorado había estado. La culpaba a ella de estas enfermedades aunque posiblemente ya supiera antes del matrimonio de las posibilidades que existían de que sus hijos fueran hemofílicos. Para Ena empiezó una época muy dura. Ahora era ella la que estaba más enamorada de su marido y conocía sus frecuentes infidelidades. Pero tenía que aguantar lo posible en su papel de reina.
En 1909 nació la infanta Beatriz. Ese mismo año comenzó el conflicto entre España uy Marruecos. España poseía un pequeño reducto, Sidi-Amet, que fue atacado por los rifeños. Maura decidió reclutar tropas de reserva en Barcelona para que fueran a Melilla. Esta decisión fue protestada y traería como consecuencia la Semana Trágica y, finalmente la dimisión de Maura.
Los primos
Durante la celebración de la boda real, la princesa Beatriz de Sajonia-Coburgo, Bee, se
Alfonso XIII y sus hijos
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había enamorado del primo de Alfonso XIII, Alfonso de Orleans, hijo de la infanta Eulalia. Aunque el rey apoyó este noviazgo, a nivel oficial se volvía a exigir que la princesa se convirtiese al catolicismo. Beatriz se negó a ello. Y empezaron a dar largas a la pareja, hasta que en 1909 se casaron en secreto por el rito católico y protestante. Esto fue considerado un desaire por parte del príncipe hacia la casa real y el gobierno, presidido por Maura, obligó prácticamente a Alfonso XIII a que prohibiera a Alfonso volver a España al tiempo que se le quitaban todos los honores tanto regios como militares. Esta situación familiar, al margen de la situación política con Marruecos, afectó mucho al rey que cayó en una profunda depresión.
Tras la dimisión de Maura hubo un corto gibierno de transición de Segismundo Moret al que siguió en 1910 José Canalejas que supo parar las huelgas revolucionarias que asolaban el país, entenderse con los nacionalistas catalanes y pacificar el protectorado de Marruecos.
Ese mismo año, mientras Alfonso XIII asistía al entierro de Eduardo VII en Londres,
José Canalejas
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Victoria Eugenia dio a luz a un niño que llevaba ya varios dias muerto. Fue por aquella época cuando se detectó que el heredero padecía hemofilia. De hecho, fue el marido de la infanta Paz, Luis Fernando de Baviera quien detectó la enfermedad al estar en Madrid en el momento que el pequeño sufrió un pequeño accidente que provocó un derrame interno. A partir de ese momento el pequeño viviría constantemente vigilado e yendo de médico en médico.
Otro heredero real, el hijo del Zar Nicolás II de Rusia también sufría de hemofilia. Estos dos hechos hicieron que se dedicara más interés por esta enfermedad y se avanzase en su investigación.
Desgracias y más desgracias
Con estas desgracias comenzó una época nefasta para la familia real. En 1912 murió la infanta María Teresa, hermana menor de Alfonso XIII a los pocos días de haber dado a luz a su cuarto hijo. Dos meses después fue asesinado José Canalejas por el anarquista Manuel Pardinas.
El rey Alfonso XIII, rey contitucional, no podía intervenir directamente en los problemas que tenía el país, pero sí se le identificaba con la clase política responsabilizando a la corona de los males que sufría España.
A finales de 1912 nació la infanta Cristina. Unos meses antes, gracias al perdón oficial otorgado al infante Alfonso de Orleans, éste y Beatriz de Sajonia-Coburgo habían vuelto a Madrid con sus dos hijos, Alvaro y Alfonso. Alfonso acompañaba al rey en sus actos oficiales, Beatriz y Ena reanudaron su íntima amistad.
Eduardo Dato
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En 1913 nacio el infante Juan, padre del futuro rey Juan Carlos I.
Tras el asesinato de Canalejas hubo tres presidentes de gobierno, Manuel García Prieto, el conde de Romanones y Eduardo Dato, pero la inestabilidad política aumentaba día a día.
La Oficina Pro Cautivos
En 1914 España permaneció neutral durante la I Guerra Mundial, aunque en la familia real el conflicto se vivió de forma muy intensa. Por un lado estaba la reina madre, María Cristina, apoyando el bando germano, por el otro Victoria Eugenia, con sus intereses en Inglaterra y, por tanto, apoyando también a Francia y Rusia. Siempre procuraban mantener un tono discreto y no exaltado, evitando posibles discusiones, aunque interiormente tuvieran los sentimientos a flor de piel. Ese mismo año Victoria Eugenia dió a luz su último hijo, al infante Gonzalo, también hemofílico. Ese mismo mes Ena recibió la noticia de la muerte de su hermano Mauricio en una batalla en Bélgica. Era hemofílico.
Alfonso XIII recibía muchas cartas de personas de otros países que le pedían ayuda para buscar a sus familiares desaparecidos durante la Guerra. Algunos habían sido hechos prisioneros, otros estaban en hospitales y otros no aparecerían nunca. Impresionado por la cantidad de ayuda pedida, el rey hizo instalar una oficina en una de las salas del Palacio Real, donde varias personas se dedicaron exclusivamente a la localización de prisioneros de los distintos bandos y a posibilitar su repatriación. Se llamó a este grupo Oficina Pro Cautivos y colaboraron con la Cruz Roja Internacional, aunque en muchos casos fue el rey directamente quien tomó cartas en el asunto contactando a los mandatarios de los diferentes países. Muchas personas no pudieron ser encontradas o rescatadas, pero finalmente se logró ayudar a 122.000 prisioneros franceses y belgas, 7.950 ingleses, 6.350 italianos, 400 portugueses, 350 americanos y 250 rusos, Se pudieron repatriar 21.000 prisioneros enfermos y a unos 70.000 civiles atrapados en territorios ocupados por el enemigo. Se realizaron 4.000 visitas a campos de concentración. Todo este empeño fue pagado por Alfonso XIII de su fortuna personal.
Las amantes del rey
Al margen de su labor humanitaria, el rey seguía consolándose con un buen número de
Carmen Ruiz de Moragas
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señoritas de la alta y baja sociedad. Entre estas estuvo la niñera de los infantes, Beatriz Noon, con la que tuvo una hija ilegítima, Juana Alfonsa Milán y Quiñones de León. En cuanto Ena se enteró de la relación hizo que expulsaran a la niñera inmediatamente.
También se rumoreó durante mucho tiempo que Alfonso XIII se había encaprichado de Bee, la amiga de Victoria Eugenia. Tanto Bee como su marido, Alfonso de Orleáns había apoyado abiertamente al bando germano en la guerra lo que trajo consigo protestas de los gobiernos británicos y de otros países. El conde de Romanones aconsejó al Alfonso XIII que obligara a los infantes al exilio. Así, vivieron en Suiza durante ocho años. Parece ser que Alfonso XIII estaba interesado en Bee, aunque ella no accedió a sus deseos. Se cree que fue la camarilla del rey la que comenzó a propagar los falsos rumores para alejar a Bee de la corte.
Victoria Eugenia estaba muy disgustada con todo este asunto, ya que su prima era una de las pocas personas con las que se encontraba a gusto. No llegó a encajar en la sociedad española del momento.
A finales de 1916 tuvo un aborto y se vió obligada a guardar cama más de dos meses.
Beatriz de Borbón
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Estuvo a punto de morir por una apendicitis mal diagnosticada. Durante el tiempo de su recuperación, Alfonso XIII tuvo el tiempo y la oportunidad de conocer a una de las mujeres más importantes de su vida, Carmen Ruiz de Moragas, actriz de la compañía de María Guerrero. Su relación, con altibajos, duró diez años.
Victoria Eugenia, por su parte, tuvo que sufrir las burlas de la camarilla del rey, mientras veía que su matrimonio no era más que una farsa. Dedicó sus esfuerzos a la reorganización de la Cruz Roja Española. Logró que se aprobara un Real decreto estableciendo nuevas bases de funcionamiento. La Cruz Roja se convirtió en la organización médica más importante del país. Victoria Eugenia era la presidenta de la organización, responsabilizándose del control de la misma.
Consiguió fondos para la construcción del hospital de San José y Adela, sede de la Cruz Roja, así como una escuela de enfermeras.
Conflictos internos
Una vez finalizada la Guerra Mundial, España tuvo que enfrentarse a sus propios problemas. Había atentatos anarquistas, aparecieron los primeros movimientos revolucionarios, el
Cristina de Borbón
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ejército provocó la dimisión de Manuel García Prieto, culpándole del desprestigio de su profesión. En 1918 los partidos políticos acordaron un Gobierno Nacional de consenso con Maura como presidente, pero duró solo nueve meses. Le siguieron una serie de gobiernos de corta duración. En 1921, Eduardo Dato que volvía a ser presidente de gobierno , fue asesinado por el anaquista Pere Mateu. Ese mismo año España perdía la guerra contra Marruecos en Annual.
Victoria Eugenia mientras tanto se encontraba inmersa en su trabajo en la Cruz Roja. Lamentablemente en 1921 su hermano Leopoldo tuvo que ser operado y murió por consecuencias relacionadas con su hemofilia. Alfonso XIII no le había permitido a Ena que viajara a Inglaterra a estar con su hermano antes de la operación. Por lo menos después, ella pudo traerse a su madre durante una temporada a España.
Dictadura de Primo de Rivera
En 1923, duante sus vacaciones veraniegas en San Sebastián, los reyes recibieron la noticia del golpe de estado de Primo de Rivera, capitán general de Cataluña. Proclamó la dictadura militar manteniendo la corona de Alfonso XIII pretendiendo terminar así con el desorden social. El rey aceptó el hecho como algo ya consumado y pensando, probablemente, que
Miguel Primo de Rivera |
podría ser una manera de terminar con la situación que se estaba viviendo. Los grupos políticos no le perdonaron este hecho y muchos le acusaron de haber estado al tanto del golpe con antelación. Durante unos años la situación pareció mejorar, pero el resultado final sería nefasto.
Desde la muerte de su hermano, Victoria Eugenia viajaba todos los veranos a Inglaterra con sus hijos. Allí se reencontró con Bee y Alfonso en 1924. Al año siguiente se les permitió a ambos regresar de su exilio junto a sus hijos. Curiosamente sus dos hijos mayores Alvaro y Alfonso serían los novios oficiales de las infantas Beatriz y Cristina, aunque nunca llegaron a casarse. Las infantas llevaban una vida parecida a las de las jóvenes de la nobleza. Estudiaban, practicaban deportes y se formaron como enfermeras. Estaban muy unidas a sus hermanos Juan y Gonzalo. Con los dos hermanos mayores tenían menos contacto ya que tanto Alfonso como Jaime llevaban una vida determinada por sus tratamientos médicos. El infante Alfonso no quería ser tratado como un enfermo. En 1920 se instaló en el palacete de la Quinta en el Pardo organizando una granja experimental criando gallinas y cerdos a nivel semi-industrial. Los antimonárquicos le llamaban por esto ‘el porquerizo de la Corte’. El infante Jaime, por su lado, se había tenido que someter a diferentes tratamientos para recuperar la audición, cosa que no sucedió nunca. En 1928 Alfonso XIII le nombró presidente vitalicio de los Colegios de Sordomudos y Ciegos de España.
Mientras tanto Alfonso XIII seguía su relación con Carmen Ruiz de Moragas. En 1925
Alfonso XIII con Primo de Rivera (Foto: Deutsches Bundesarchiv)
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tuvo con ella una hija, María Teresa y en 1919 un hijo, Leandro, formando una especie de familia paralela que además, no tenía ninguna enfermedad hereditaria.
En 1929 murió la reina madre, María Cristina, hecho que afectó muchísimo al rey que siempre había estado tan unido a ella. A nivel político la dictadura se tambaleaba, había aumentado la oposición tanto de los militares como de los intelectuales. Aun así se organizaron dos eventos internacionales, la exposición Universal en Barcelona y la Iberoamericana en Sevilla. En enero de 1930 Primo de Rivera dimitió y el rey nombró presidente de gobierno a Dámaso Berenguer. Poco a poco aumentaba el número de antimonárquicos. No se le perdonaba al rey el apoyo dado a la dictadura militar.
Victoria Eugenia promovió la Institución contra la Tuberculosis y la liga contra el Cáncer.
Un grupo de intelectuales y políticos republicanos firmaron el Pacto de San Sebastián contra la monarquía. Hubo dos alzamientos republicanos en Jaca y en Cuatro Vientos que aunque fracasaron fueron muestra de la inestabilidad en que vivía el país.
Fin de una época
En abril del 31 se celebraron elecciones municipales. Ganaron los partidos monárquicos en
Conde de Romanones
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cuarenta y dos provincias, los republicanos en ocho, aunque entre ellas estaban Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla donde el censo era mayor. Al día siguiente los republicanos se echaron a la calle proclamando la victoria de las elecciones. El gobierno no reaccionó. El conde de Romanones negoció con el comité revolucionario presidido por Alcala Zamora. El resultado fue la salida inmediata del rey de España. Alfonso XIII abandonó el palacio en direccióna Cartagena desde donde iría primero a Marsella y a París después. El resto de la familia salió al día siguiente, no sin antes haber pasado mucho miedo ante los gritos antimonárquicos y de muerte que se podían escuchar en la calle.
Una de las primeras acciones del rey Alfonso XIII fue viajar a Londres para asegurar que el infante Juan, que estaba estudiando en la Escuela Naval de Cádiz, pudiera continuar su formación en la Marina británica. El príncipe Alfonso fue internado en un sanatorio cerca de Lausanne para enfermedades de larga duración, Jaime asistía diariamente a una escuela de sordomudos, Gonzalo fue a estudiar Ingeniería Agrónoma a Lovaina. Las infantas permanecieron junto a su madre, ya que la separación del matrimonio real fue un hecho consumado en el exilio.
Bodas, divorcio y muerte en el exilio
El príncipe Alfonso se enamoró de otra paciente de la clínica, Edelmira Sampedro Ocejo. Al
Alfonso el día de su boda con Edelmira Sampedro Ocejo
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casarse con ella tuvo que renunciar a sus derechos a la Corona. Alfonso XIII pidió a su hijo Jaime que renunciara al trono por su problema de audición. Así el futuro rey pasó a ser el príncipe Juan.
En 1934, estando de vacaciones con su padre, la infanta Beatriz y su hermano Gonzalo fueron a dar una vuelta en el coche del rey. Al cruzarse un ciclista se estrellaron y Gonzalo moriría a consecuencia de las heridas recibidas y su hemofilía.
Las infantas decidieron quedarse con su padre a partir de 1934 en Roma. La infanta Beatriz se casó en 1935 con Alejandro Torlonia, príncipe Civitella-Cessi. Un mes después se casó en infante Jaime con Emanuela Dampierre Rúspoli, matrimonio que fue un desastre desde el principio y que, parece ser, fue arreglado entre los padres de los novios. La última boda del año fue la del infante Juan con María de las Mercedes de Borbón-Dos Sicilias y Orleáns. En 1940 se casó la infanta Cristina con Enrico Marone, propietario de Cinzano.
El matrimonio entre Alfonso y Edelmira Sampedro Ocejo termino en divorcio tras una
Jaime de Borbón
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relación tormentosa y escandalosa. El infante era adicto al opio. Tras el divorcio se casó con una modelo cubana, Marta Rocafort y Altuzarra separandose seis meses después. En 1938 el príncipe sufrió un accidente de automovil que le llevó a la muerte por las hemorragias internas. Tenía 31 años.
La separación entre Alfonso XIII y Victoria Eugenia no fue fácil. Cada uno defendió sus intereses y no hubo forma de que mantuvieran una relación siquiera de amistad. El rencor era demasiado profundo. Victoria Eugenia vivió en distintos países, entre ellos Suiza e Inglaterra, alejada tanto de su marido como de sus hijos, ya que se negó a asistir a sus bodas, lo que hizo que los monárquicos españoles la rechazaran todavía más. Sin embargo, en 1940, Victoria Eugenia sí asistió a la boda de la infanta Cristina, quizás también por el empeoramiento de salud del rey. Parece ser que finalmente lograron hacer las paces.
Tras el estallido de la guerra Civil en España, Alfonso XIII había creído que Franco reinstauraría la monarquía. Al ver que el resultado final no era el pensado, perdió ya todo el interés por seguir luchando. Padecía del corazón y falleció a principios de 1941.
Victoria Eugenia se quedó viuda a los cincuenta y cuatro años, tras treinta y cinco de matrimonio. A partir de ese momento se convirtió en apoyo de todos sus hijos, defendiendo la causa monárquica muy pendiente de sus nietos.
El infante Jaime se divorció de Emmanuela Dampierre en 1949 casándose con la cantante de ópera Carlota Tiedemann. Quiso invalidar su renuncia al trono. Con
Victoria Eugenia
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Emmanuela Dampierre tuvo dos hijos, Alfonso y Gonzalo de Borbón Dampierre. Alfonso se casaría años después con Carmen Martínez Bordiú, la nieta de Franco y tuvo una vida marcada por la tragedia.
Victoria Eugenia no volvió a España hasta 1968 para asistir como madrina al bautizo de su biznieto Felipe, hijo de los principes de España, Juan Carlos y Sofía. Tenía ochenta y un años. Murió un año después.
En 1980 se trajeron a España los restos de Alfonso XIII para que fuera enterrado en el Panteón de Reyes de El Escorial. Los restos de Victoria Eugenia fueron traídos cinco años después.
Tres meses después de la muerte de la reina su nieto Juan Carlos fue proclamado como sucesor del general Franco en las Cortes.
Probablemente Victoria Eugenia fue una de las últimas reinas clásicas de las monarquías del siglo XX. A pesar de su modernidad siguió las reglas establecidas y se mantuvo siempre en su sitio. Fue una gran señora a la que la vida no trató bien. La hemofilia fue la causa de la muerte de sus hijos, la alejó de su marido, y la dejó sumida en un sentimiento de culpabilidad difícilmente superable. El exilio resaltó la situación real que vivía la familia de alejamiento entre sus miembros. Las luchas internas duraron años y no ayudaron a mantener unas relaciones relajadas. Una vez más queda patente que el puesto de reina de España no trae más que sinsabores.
Fuentes:
Reinas de España, autora: María José Rubio, La esfera de los libros, 2009
Ena: Spain´s English Queen, autor: Gerard Noel, Constyable and Company Limited, 1989
Tiempo, La primera misión de paz española, autor: Luis Reyes, 29.10.2010
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